El término Business Intelligence o inteligencia de negocio, surgió en 1958 en un artículo de Hans Peter Luhn investigador de IBM. En este artículo, Luhn utilizó concretamente el término “Inteligencia de Negocio”, definiéndolo como la capacidad de comprender las interrelaciones de los hechos presentados de una forma concreta para orientar la acción hacia una meta deseada.
Este pensamiento no se desarrolló sino hasta la década de los años 80 y en el año 1989, Howard Dresner, propuso la «Inteligencia de Negocios» como un término general para describir los conceptos y métodos para mejorar la toma de decisiones empresariales mediante el uso de sistemas basados en hechos de apoyo.
Sin embargo, no es sino hasta finales de los años 90 que esta idea acabaría de extenderse. En esta década nos encontrábamos con demasiada información descentralizada y no conectada entre sí, pero se estandariza la correcta integración de los datos y aparecen las BBDD distribuidas gracias a la arquitectura cliente/servidor. Las publicaciones de William H. Inmon y Ralph Kimball fueron el principal punto de partida para la implementación de los Data Warehouse y aplicaciones BI, no obstante, todavía éramos incapaces de analizar grandes volúmenes de datos en un tiempo aceptable y con limitaciones importantes como un número limitado de fuentes de datos y un precio “inalcanzable”. Queda claro que el BI aun no era accesible para todas las empresas.
Hoy día que todo lo anterior está superado y que la inteligencia de negocios ha evolucionado exponencialmente, las empresas, sin importar su tamaño, tienen a su disposición soluciones de inteligencia de negocio que se ajustan a sus necesidades, por lo que no debemos perder la oportunidad de ser aceleradamente reactivos y proactivos frente a la coyuntura actual y cumplir con dos grandes propósitos interrelacionados para llegar al siguiente nivel y convertir nuestro negocio en una empresa inteligente:
la creación de conocimiento a partir de los datos y la obtención de ventajas competitivas a partir de este conocimiento.
–
Redactado por Ricardo Tirado